Millones de gracias, ángel mío, por esas preciosas fotos. Nunca me canso admirar tus pies. Son ellos perfectos, preciosos. Cada vez que les veo, quiero cuidar de ellos, quiero olerles, besarles, regalarles masajes y cosquillas…
Quiero verte sonreír y oírte reír, porque me haces feliz princesa mía.

Tus sesiones son mágicas y verlas hacen que mis días sean mejores. Quiero unirme a ti en la ducha para oler tus pies y luego sentarte a tu lado en la cama para regalarte un masaje y besar tus plantas. Lo mereces, corazón y es mi manera de agradecerte.

¡Gracias por todo! ¡Qué Dios te bendiga siempre!
Abrazos desde Francia y cuídate mucho